martes, diciembre 16, 2014

El robo frustrado de la bicicleta














Caminaba por Rodriguez Peña, casi llegando a Corrientes. Mi cabeza estaba a mil, pero el cuerpo cansado de la mochila derrotera que acumulo en esta última etapa. Sentía, para ser más concreto, la presión baja.
Me llamó la atención una voz chichona de una mujer de cuerpo robusto y de acento Colombiano, la compañera, una fémina, muy bella no la miraba, sólo observaba el alrededor. Supongo que ambas atendía el negocio de decoración.
Junto a ese negocio hay una imprenta (no conjugo con "había", porque está, a pesar que yo no en el escenario) En la vidriera de la misma yacía una bicicleta, un hombrecito con sucios harapos, en su rostro se iluminaba una sonrisa con alerta. El pibe tomó la bicicleta de manera altamente sospechosa. Las mujeres comenzaron a gritar, yo ya había hecho 10 metros, sin perder de vista la escena.
"Parenló, parenló". El chico, torpemente comenzó a andar. Lo tomó del brazo y lo desplazo del vehículo. 
El dueño la contuvo, aferrandóse a la rueda de atras y manisfetando: "No me robés, no me robés, gracias"
La mirada a este chico fue de temor, esperé respuesta, sinceramente creí que me iba a pegar, pero ambos nos miramos en forma temeraria.
El chico salió caminando, y un tipo exacerbado exclamó: "Hay que matar a estos chorros, hay que matarlos a todos"
Me quedé shockeado, yo no entendí nada. Yací mareado un rato, sin mantener la fija en ningún lado, no comprendí la situación, siquiera sé si hice bien en actuar...
Creo que volví a hacer un antiheroe, pasé inadvertido y no me importa si está bien o mal.

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